sábado, 9 de junio de 2007

Marco Teórico




Nuestra investigación se encuadra durante toda la Revolución Mexicana. El cual fue un movimiento armado, social y cultural que comenzó en 1910 (donde participo el caudillo del sur Emiliano zapata) al final de la dictadura del General Porfirio Díaz y que culminaría oficialmente en la promulgación de una nueva constitución siete años después, la Constitución de 1917. El movimiento tuvo gran impacto en los círculos obreros, agrarios y anarquistas. Puesto que la Constitución política de México fue la primera en el mundo en reconocer las garantías sociales y los derechos laborales colectivos.

1906 es un año clave para la historia de México, ya que en ese periodo comienzan organizarse las primeras sublevaciones promovidas por el PLM contra la dictadura de Porfirio Díaz. El 16 de septiembre de 1906 el PLM programó el inicio de la Revolución, sin embargo la sublevación fue descubierta por la policía porfirista y detectives norteamericanos, a pesar de que el levantamiento armado general fue postergado, ese año acontecieron sucesos que después fueron considerados precursores del levantamiento de 1910 como la huelga de Cananea en contra la "Cananea Consolidated Copper Company", el periódico Regeneración, La rebelión de Acayucan. Contra esta actitud de Reforma y de renovación, estaban los porfiristas, que no querían que las cosas comenzaran a cambiar. Pese a ello la agitación comenzó a crecer, y se sintió inquietud en muchos sitios. Los miembros del Partido Liberal Mexicano se valieron de actividades públicas y clandestinas, lo mismo editaban periódicos como Regeneración. Cuando en 1910, estalló la revolución armada, los componentes del Partido Liberal Mexicano actuaron en forma independiente, sobre todo en Baja California, territorio que los liberales tomaron con el apoyo de extranjeros socialistas y anarquistas afiliados al grupo Trabajadores Industriales del Mundo. Entre 1910 y 1913, las milicias del Partido Liberal tomaron varias poblaciones fronterizas del norte del país y actuaban en otros Estados del sur como Michoacán y Veracruz; pero fueron combatidos por los soldados federales -y luego por los maderistas- quienes los derrotaron finalmente con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos. El principal activista del Partido Liberal Mexicano, Ricardo Flores Magón, fue perseguido y aprehendido varias veces en los Estados Unidos desde 1906 hasta 1918, se le condujo a diversas cárceles y murió el 21 de noviembre de 1922 en suelo norteamericano. La agitación que sobrevino poco después, fue prácticamente incontenible. En resumen, el General Porfirio Díaz(como se muestra en la imagen), le expresó al periodista americano que, en su opinión, el
pueblo mexicano ya estaba apto para la democracia, y él prometía retirarse a la vida privada una vez que concluyese su período de gobierno en 1910: “He esperado con paciencia, dijo, el día en que el pueblo mexicano estuviera preparado para seleccionar y cambiar su gobierno en cada elección, sin peligro de revoluciones armadas, sin perjudicar el crédito nacional y sin estorbar el progreso del país. Creo que ese día ha llegado. Si en la República, agregó, llegase a surgir un partido de oposición, lo miraría como una bendición y no como un mal, y si ese partido desarrollara poder, no para explotar, sino para dirigir, yo lo acogería, lo apoyaría, lo acogería y me consagraría a la inauguración feliz de un gobierno completamente demócrata…” La entrevista provocó muchas reacciones. Algunos pensaron que el presidente habla así porque quería provocar una corriente favorable a su causa que le permitiera seguir en el poder.

En esta época surgieron 2 grupos dispuestos a la lucha electoral: el Partido Nacional Antirreeleccionista y el Partido Democrático, con ciertas tendencias independientes, mientras otros, como el Partido Nacional Porfirista y el Partido Científico optaron por reorganizarse para actuar mejor ante la inminencia de una campaña de carácter electoral.
Otra agrupación que también se desarrolló con cierta amplitud, fue el
Partido Reyista. En mayo de 1909 estaba funcionando el centro Antirreeleccionista en cuyas filas se hallaban personas que poco más tarde iban a tener una importante participación política, como fueron, entre otros, Francisco I. Madero, Emilio Vázquez Gómez, Toribio Esquibel. Posteriormente se resolvió presentar como candidato a la Presidencia de la República a Francisco I. Madero (foto lateral), y como candidato a la Vicepresidencia a Francisco Vázquez Gómez. Al mismo tiempo que se lanzaba esa fórmula de Madero-Vázquez Gómez, los convencionistas elaboraron un programa que iba a servir como bandera de lucha. La campaña, en consecuencia, no tuvo sino dos rivales, el Partido Antirreeleccionista y el Partido Reeleccionista o Científico.


En su calidad de candidato a la Presidencia de la República, Francisco I. Madero realizó una nueva gira política por diversos sitios, despertándose entusiasmo a favor de sus planteamientos de oposición al régimen de Porfirio Díaz, enfocadas a lograrlo no por la violencia, sino por la participación de los ciudadanos el día de las elecciones. El gobierno se alarmó a la vista de tal situación y decidió actuar aprehendiendo a Madero acusándolo de haber incurrido en delitos de ultrajes a la autoridad y de intento de rebeldía en Monterrey, conduciéndolo después a San Luís Potosí para que se siguiera el proceso correspondiente; su defensa logró que saliera libre. En este ambiente tenso, difícil, en el que la violencia política ya se dejaba sentir por ambas partes, tuvieron lugar las elecciones a mediados de 1910, que se efectuaron con todas las irregularidades que eran de suponerse para evitar que los antirreeleccionistas pudieran ganar. El Congreso conformado por Porfiristas, expresó que habían resultado triunfantes Porfirio Díaz y Ramón Corral y que ocuparían tales cargos en el periodo 1910-1914. Francisco I. Madero, consciente de la injusticia, se fugó se San Luís Potosí hacia San Antonio de Texas. y dispuesto a iniciar la lucha armada, proclamó allí el Plan de San Luis, de 5 de Octubre de 1910, en el que dijo: “Haciéndome eco de la voluntad nacional, declaro ilegales las pasadas elecciones y quedando por tal motivo la República sin gobernantes legítimos, asumo provisionalmente la Presidencia de la República, mientras el pueblo designa conforme a la ley a sus gobernantes”. Acto seguido, señaló en el artículo 7 de dicho plan, “El 20 de Noviembre, desde las seis de la tarde en adelante, todos los ciudadanos de la República tomarán las armas para arrojar del poder a las autoridades que actualmente nos gobiernan”. El 20 de Noviembre, Madero atravesó el puente internacional para impulsar el movimiento revolucionario en Ciudad Porfirio Díaz (Piedras Negras), pero no tuvo éxito y le fue preciso regresar a territorio norteamericano. Esto parecía un completo fracaso pero en el curso de las semanas siguientes cambió el panorama y la revuelta comenzó a extenderse por muchos sitios a la par que se dejaba sentir, asimismo, la influencia de los Estados Unidos, que en la práctica favorecieron al maderismo al movilizar 20,000 soldados hacia la frontera mexicana para “mantener la neutralidad”, y al disponer que varios barcos de guerra se dirigieran a puertos mexicanos del Golfo. Tales maniobras militares y navales fueron una presión para el gobierno porfirista. Entre los Jefes rebeldes que se lanzaron a la rebelión : en el noroeste, Álvaro Obregón encabezó la revuelta de los pequeña clase media campesina, en Chihuahua Francisco Villa encabezaba un regimiento formado por ganaderos; en Coahuila, Venustiano Carranza representaba a los hacendados; y en el estado de Morelos, Emiliano Zapata y sus tropas de indígenas reclamaban el reparto agrario. Díaz finalmente dimitió el 24 de mayo de 1911. Salió exiliado del país siete días más tarde, a bordo del vapor Ypiranga, con rumbo a Francia, donde murió y fue sepultado.

Francisco León de la Barra, en calidad de Presidente Interino, gobernó del 25 de mayo de 1911 al 6 de Noviembre del mismo año. el régimen de De la Barra tuvo dos misiones principales que consistieron en buscar la vuelta de la paz a la nación y convocar a elecciones para la designación de los nuevos Presidente y Vicepresidente de la República. A la Vista de los primeros comicios, varios partidos hicieron acto de presencia, pero de todos ellos fueron los que destacaron: el Antirreeleccionista, el Reyista y el Partido Nacional Católico. De hecho, no hubo más que un solo candidato a la República, Francisco I. Madero, y José María Pino Suárez para Vicepresidente. Ya en pleno ejercicio de sus funciones, los representantes de este último partido elaboraron varias iniciativas de ley para favorecer la reforma social, pero las circunstancias políticas impidieron que se les tomara en cuenta.

El Presidente Madero actuó del 6 de Noviembre de 1911 al 19 de Febrero de 1913. Aparentemente, con ese motivo, la revolución había llegado al poder; pero pronto se vio que la paz, el orden y la tranquilidad estaban lejos de haberse arraigado en el país. Grupos de insurrectos los había en Chiapas y en Oaxaca; en agosto apareció un brote rebelde en Yucatán; pero lo más grave fue que, sólo unos días después de que Francisco I. Madero se hizo cargo del poder, estalló en Morelos un levantamiento promovido por Emiliano Zapata, quién dio a conocer su Plan de Ayala, en la que acusaba a Madero de ser un dictador, de no cumplir los postulados revolucionarios y de cometer actos opuestos al pueblo. En ese Plan se pedía la devolución de las tierras a los pueblos y particulares a quienes se hubiera despojado; se demandaba la expropiación de la tercera parte de los latifundios para repartirse la tierra correspondiente, y se pedía, finalmente, la nacionalización de las propiedades de quienes se opusieron al mencionado Plan. Emiliano Zapata, que se había rebelado contra Porfirio Díaz, también siguió como rebelde durante el gobierno de De la Barra, y cuando este mandó tropas a someterlo, Francisco I. Madero, intervino para que los Zapatistas siguieran actuando. Al llegar Francisco I. Madero a la Presidencia, Zapata le exigió que expidiera una ley Agraria, pero Madero contestó que Emiliano Zapata debía rendirse primero y entregar las armas. Y eso precipitó la ruptura entre los dos. En el Plan de Ayala se reconocía como Jefe de la Revolución a Pascual Orozco, y si este no aceptaba, quedaría Emiliano Zapata en el puesto, como efectivamente sucedió. La lucha se presentó con gran violencia, y aun cuando se lanzaron varias campañas contra los Zapatistas, no se pudo acabar con ellos.

El Presidente Francisco I. Madero designó a Victoriano Huerta como comandante de la Plaza en sustitución de Lauro Villar, que había sido herido en los combates y además llamó de Cuernavaca a las tropas del General Felipe Ángeles que consideraba sitiar la ciudadela para ganar la batalla, Ángeles hubiera derrotado fácilmente la Ciudadela pero Victoriano Huerta se lo impidió. La lucha se extendió del 9 al 18 de febrero de 1913, y se conoce con el nombre de Decena Trágica, al final de la cual, Huerta abandonó sus deberes, se entendió con los sublevados mediante el Pacto de la Ciudadela, firmado en la embajada de los Estados Unidos, y aprehendió a Francisco I. Madero y a José María Pino Suárez, quienes se vieron obligados a presentar sus renuncias ante el Congreso. El nuevo presidente Victoriano huerta asumió el poder el 19 de febrero de 1913 al 15 de julio 1914. Fue reconocido por el congreso, La Suprema Corte De Justicia, los gobernadores de los Estados y el cuerpo diplomático. Sin embargo, el país entró pronto en una etapa de gran conmoción política, por que la rebelión se propagó en contra de Victoriano Huerta, bajo la acción del Gobernador coahuilense, Venustiano Carranza, quién, con otras personas, dio a conocer el Plan de Guadalupe de 26 de Marzo de 1913, por lo que se desconocía el gobierno Huertista. Carranza, quién ya estaba en actitud levantisca contra Francisco I. Madero; desconoció inicialmente a Victoriano Huerta, después lo reconoció como Presidente, pero no habiendo llegado a un entendimiento con éste, se lanzó a una lucha definitiva contra el. Se formó a un Ejército llamado “Constitucionalista” y Venustiano Carranza quedó como su Primer Jefe. Mientras tanto Huerta, de conformidad con el Pacto de la Ciudadela, formó un primer Gabinete con personajes destacados que le fueron impuestos. Huerta insistió entonces y aún después, en que su principal preocupación era la de que la nación se encauzase por los senderos de la paz, pero de hecho él mismo, por su política de fuerza y de atentados, estorbo el propósito y lo hizo impracticable. Y así fueron asesinados, el 19 de febrero, Gustavo Adolfo Madero y Adolfo Bassó Bertoliat; el 22 ocurrió lo mismo con Francisco I. Madero. Huerta se deshizo de su primer gabinete, y formó otro con elementos adictos a él. Y persuadido de que era inconveniente para su régimen convocar a elecciones presidenciales, las aplazó. Al fin se decidió a hacerlas, pero el nuevo Congreso las declaró nulas y Huerta continuó en el Poder. En el campo internacional EE.UU. no se decidía a reconocer al presidente Huerta, y mandaron a John Lind para indicarle cual era el punto de vista del gobierno norteamericano, pero el ministro de relaciones exteriores de la administración Huertista le indico en forma terminante que no tenía derecho a inmiscuirse en la política nacional.

Las tropas Rebeldes, dirigidas por el Primer Jefe, Venustiano Carranza(fotografía izquierda), se dividieron en tres porciones principales que fueron: el Ejército del Noreste, mandado por el General Pablo González Garza; EL Ejército del Norte, mandado por Francisco Villa; y el del Noroeste encabezado por Álvaro Obregón. Poco a poco las líneas de resistencia de los federales se fueron doblegando. González avanzó hasta ocupar Tampico y Monterrey, Villa causó las más serias derrotas a los federales al tomar a los gubernistas en Chihuahua, Coahuila y Zacatecas –con hechos de armas sangrientos encabezados por Rodolfo Fierro quién fue el principal culpable de éstos, sobre todo en las tomas de Torreón y Zacatecas-, y Álvaro Obregón que adelantó sus fuerzas por las costas del Pacífico, hasta ocupar Guadalajara a mediados de 1914. La lucha era fuertemente dramática en aquellas zonas, mientras que ardía el Sur con la Rebelión Zapatista.

En este ambiente de notable violencia, los gobiernos que formaron el grupo ABC –Argentina, Brasil y Chile- fueron invitados a servir como mediadores entre los rivales mexicano, y concurrieron para ello a las Conferencias de Niagara Falls, en las cuales los norteamericanos se convirtieron en los voceros de los Carrancistas y señalaron que era indispensable que Victoriano Huerta dejara el poder. En tales términos, Huerta, comprendiendo que su causa estaba perdida, renunció y quedó como presidente el Licenciado Francisco Carvajal, quién ostentó el cargo del 15 de Julio al 13 de agosto de 1914. El 15 de agosto de 1915, las primeras fuerzas revolucionarias ocuparon la Capital, y Obregón quedó como autoridad principal.

Desaparecido el régimen Huertista, quedaron triunfantes los elementos revolucionarios, pero no hubo entre ellos paz ni armonía pues entre Venustiano Carranza y Emiliano Zapata no hubo entendimiento, como tampoco lo hubo con Francisco Villa, puesto que Carranza le pedía a Zapata que lo reconociera como presidente y cesara la lucha, Zapata aceptaba siempre y cuando Carranza aceptara el Plan de Ayala, y Villa se encontraba en la misma situación pues estaba dispuesto a reconocer su autoridad siempre y cuando se acepte como objetivo principal del nuevo gobierno la repartición de tierras, pero nada se resuelve puesto que Carranza creía que los hacendados tenían derechos por las leyes y que a estos no era posible quitarles sus propiedades a quienes no tenían derecho, a pesar de no hacer nada ante los robos que los carrancistas hacían para hacerse hacendados revolucionarios. Venustiano Carranza entonces decide enviar a Álvaro Obregón a convencer a Francisco Villa, pero tratando Obregón de atacar a las tropas Villistas por un lado y lograr una alianza por el otro, es descubierto por Villa y este manda fusilarlo, pero Serrano y Raúl Madero evitan que Obregón sea fusilado aceptando las condiciones de Villa y firman un acuerdo, logrando escapar a Chihuahua y a medio camino Villa recibe un telegrama de Venustiano Carranza en donde éste rechaza el acuerdo, Villa persigue a Obregón pero ya no lo alcanza y rompe definitivamente con Carranza.

En esta situación algunos revolucionarios convocaron a una convención, en Octubre de 1914, para hallar una fórmula que conciliara los distintos intereses y evitara una ruptura peligrosa entre los triunfadores. Sus primeras secciones tuvieron lugar en la Capital y las posteriores y más importantes, pues englobaron a los 4 combatientes, fueron las que tuvieron lugar en Aguascalientes por lo que se conoce como Convención de Aguascalientes.
En la convención se decide invitar a los Zapatistas, con voz pero
sin voto, ahí se encuentran por fin zapatistas y villistas que descubrieron ahí sus similitudes. Pero los convencionistas no sólo obtuvieron el visto bueno de todos los demás pues la unión Villa-Zapata logra mayoría, sino que además convencen a algunos obregoncistas y carrancistas con lo que la división se ahondó al nombrarse por ellos Presidente a Eulalio Gutiérrez, un Villista, quién tomó el
cargo el 3 de Noviembre de 1914 y lo abandonó el 28 de mayo de
1915, en franca oposición a Carranza. Las tropas convencionistas obligaron a Venustiano Carranza a salir de la Capital y tomar el rumbo de Veracruz, en donde logró establecerse y aún disponer de tiempo para expedir unas leyes de particular importancia, como fueron, entre otras, la Ley de Relaciones Familiares, la Reforma del Municipio; la Ley de 6 de Enero de 1915, que promovía la reforma agraria; algunas de protección a obreros y otras. Gutiérrez dejó la Presidencia en pugna con Villa pues le negó toda ayuda a Emiliano Zapata y se pasó al bando obregoncista. Entre tanto, se hizo cargo de ella el General Roque González Garza -18 de enero de 1915 al 10 de junio del mismo año-, quién tuvo el apoyo de villistas y de zapatistas, pero se vio envuelto en multitud de problemas políticos, militares y de abastecimiento de alimento a la Ciudad de México, que sufrió una temporada de hambre por la carencia de bastimentos. Fue sucedido por el licenciado Francisco Lagos Cházaro -10 de Junio de 1915 a enero de 1916-, quién tuvo una autoridad más aparente que real, pues Zapata y Villa, aunque decían reconocerlo, de hecho actuaban por su propia cuenta. Las diferencias entre Villa y los carrancistas se agravaron cada vez más. La lucha tomó caracteres muy vivos cuando Carranza envió a la guerra contra Francisco Villa a Álvaro Obregón, y dentro de ella destacaron los combates en la región de Celaya (Batalla de Celaya) y León, en donde los villistas fueron deshechos por Álvaro Obregón que implementó nuevas técnicas inventadas en Europa, la “Guerra de Trincheras”. Vencidos los hombres de Villa. Reducido a Jefe de grupos poco numerosos, en Chihuahua, Villa se reorganizó y siguió dando guerra en ese estado como guerra de guerrillas. En Octubre de 1915, los Estados Unidos reconocieron como único gobierno al de Venustiano Carranza, pese a que, de acuerdo con las leyes mexicanas el legítimo era el de la Convención de Aguascalientes. Indignado por el reconocimiento, Villa, con 400 hombres atacó la población de Columbus, Nuevo México tomándola por unas horas y dio muerte a americanos.

Las Tropas Villistas al mando de Francisco Villa en ese tiempo recuperaron mucha parte de su ejército y volvieron a tomar Chihuahua exitosamente, aunque sólo por momentos.

Por ese entonces se convocó a un Congreso Constituyente en la Ciudad de Querétaro, al que concurrieron sólo Diputados carrancistas, por haberse excluido a todos sus enemigos o desafectos. Los integrantes del Congreso se aplicaron a elaborar una nueva Constitución Federal, que en cierto modo siguió muchos principios de la anterior, la de 1857, pero en no pocos artículos introdujo reformas, o estableció principios completamente nuevos, sobretodo en lo referente a la reforma agraria, que impulsó la distribución de la tierra, y en lo que ve a la protección de la clase obrera. Para frenar la carnicería, Venustiano Carranza, el gobernador del norteño estado de Coahuila, formó el Ejército Constitucionalista con miras a pacificar el país adoptando la mayor parte de las demandas sociales, esgrimidas por los rebeldes e integrándolas a una nueva Constitución de corte progresista.

Carranza logró plasmar la mayor parte de las demandas en el texto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, incluyendo parte del Plan de Ayala de Emiliano Zapata, pero su deseo de pacificar el país probó ser más fuerte que su habilidad para solucionar los problemas que habían dado origen a la violencia, así que uno a uno fue asesinando a los rebeldes del movimiento. Zapata fue uno de los jefes revolucionarios más importantes, al tiempo que introdujo importantes reformas en Morelos. Posteriormente estas posturas lo opusieron al nuevo presidente (Venustiano Carranza). Éste logró eliminarlo mandándolo asesinar.

No hay comentarios: